El fútbol vive inmerso en el contexto social y político, por esta razón, el poder establecido lo ha utilizado en ocasiones como herramienta política para imponer unos determinados valores sociales, mientras que en otras ocasiones, es el propio deporte el que ha utilizado su fuerza para luchar contra el poder dominante a través de diversos futbolistas de izquierdas.
¿Qué futbolistas son de izquierdas?
Diego Armando Maradona, considerado por muchos expertos como el mejor jugador de la historia del fútbol, se encuentra en el selecto grupo de futbolistas de izquierdas que mantuvieron un estrecho lazo con la política. El mago que deslumbró en los terrenos de juego con su zurda ha mostrado siempre su activismo político con el comunismo y el chavismo. Sin ir más lejos, el pelusa tiene tatuado el rostro del revolucionario argentino-cubano Ernesto ‘Che’ Guevara en el brazo derecho y el del líder cubano Fidel Castro en su pierna izquierda. Además, el argentino siempre mostró su apoyo a la causa bolivariana defendida por el fallecido Hugo Chávez, incluso hace apenas unos meses se le pudo ver bailando en un mitin electoral del presidente venezolano Nicolás Maduro.
Uno de los actos más representativos de la ideología política de Maradona fue su presencia en una masiva manifestación popular en Argentina durante el año 2005. El argentino mostró su apoyo a más de 40.000 personas que protestaron en la calle contra la presencia de George W. Bush en el país con motivo de la IV Cumbre de las Américas para impulsar el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Además, dos años después afirmó durante unas vacaciones en Venezuela que odia “todo lo que venga de Estados Unidos”.
El fútbol siempre ha tenido una estrecha relación con la política en América Latina, especialmente como lucha contra el poder político establecido en las diferentes épocas históricas. Durante 1981, las dictaduras militares se extendieron por todo el continente sudamericano con hasta once países sometidos a este régimen político. Sin embargo, un club de fútbol brasileño, el Sport Club Corinthians Paulista, liderado por uno de los mejores futbolistas de la década, Sócrates, inició la conocida como democracia corinthiana. Este movimiento revolucionario, iniciado por futbolistas de izquierdas comprometidos, establecía que todas las decisiones importantes del equipo eran decididas a través del voto igualitario de todos sus miembros, por lo que el voto del director deportivo tenía el mismo valor que el del jardinero.
Sócrates, uno de los futbolistas de izquierdas más influyentes de la historia del fútbol, concienció a la sociedad brasileña de la importancia de comprometerse con la política de un país que vivía bajo la dictadura de João Baptista Figueiredo. De hecho, la presión popular forzó al régimen a convocar elecciones para elegir a los gobernadores estatales en el año 1982. La implicación del futbolista brasileño junto con el resto de sus compañeros del Corinthians se materializó con camisetas con mensajes como “Día 15, vote”, para animar a la población a acudir a las urnas durante las primeras elecciones a gobernador en São Paulo. Sin embargo, este modelo de autogestión pionero llegó a su fin en 1984, después de que Sócrates amenazara con abandonar Brasil si el Parlamento no aprobaba la celebración de elecciones directas para la presidencia, un aviso que terminó con el futbolista brasileño cogiendo las maletas rumbo a Florencia, después de que no se alcanzaran los dos tercios necesarios para su aprobación.
El fútbol como herramienta política en el Mundial de 1978
La relación histórica entre política y fútbol,más allá de las memorias de los futbolistas de izquierdas, ha vivido capítulos oscuros como la Copa del Mundo de 1978 celebrada en Argentina. Dos años antes de la celebración de la cita mundialista, concretamente el 24 de marzo de 1976, un golpe de Estado encabezado por Jorge Rafael Videla imponía una dictadura militar en el país marcada por la represión hacia el pueblo argentino y con la aplicación de un Terrorismo de Estado. El fútbol se convirtió en un auténtico panfleto propagandístico del régimen del general Videla para ofrecer una imagen abierta y moderna del país de cara a la opinión internacional con la celebración de la Copa del Mundo. Además, la cita mundialista se utilizó para hacer olvidar al pueblo argentino toda la represión y la falta de libertad que sufría, especialmente con cada victoria de su selección.
El régimen militar contó desde el primer momento con el apoyo incondicional de la FIFA. Sin ir más lejos, Joao Havelange, entonces máximo dirigente del organismo futbolístico, afirmó en la inauguración del torneo que “por fin el mundo puede ver la verdadera imagen de la Argentina”. El fútbol se convirtió en la principal arma de propaganda de la dictadura y todas las acciones se llevaban a cabo para mostrar una imagen de desarrollo y prosperidad. El deporte más popular del mundo se vio distorsionado en mano de un poder establecido que le utilizó como herramienta política para manipular al pueblo argentino. A pesar de ello, en el recuerdo siempre quedarán aquellos miles de personas inocentes que fueron desaparecidas, torturadas y asesinadas por la dictadura de Videla.
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